21 de noviembre de 2024

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CARTA DEL LECTOR: España, Gestión Acientífica contra el coronavirus

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Amadeu Palliser Cifuentes

En los años 80 surgió el pensamiento “glocal” (glocalization) (pensar de forma global y actuar de forma local), teorizado por Robertson y Beck. Glocal es positivo como defensa del derecho a ser diferente, contra los estados homogeneizadores. España introdujo este principio en el “Código de Buen Gobierno Local” de la Federación Española de Municipios y Provincias (2015), para conseguir la mayor transparencia y eficacia.

Pero, ante la situación del coronavirus, el gobierno español ha actuado contra esta forma de plantearlo, aprovechando para re-centralizar y consolidando el agujero negro que supone el Deep State español encabezado por la monarquía (de la que presuntamente se han encontrado estos días 100 millones de euros escondidos en Suiza). El gobierno español mantiene que los virus no entienden de fronteras y no autoriza el confinamiento de Madrid, principal foco de contaminación de España, cómo sí hicieron los gobiernos de China y de Italia, con Wuhan y la Lombardía y 14 provincias del norte de Italia. El gobierno de Catalunya, por su cuenta, sí confinó la población de Igualada y del valle de Ódena.

Después el gobierno de la Generalitat de Catalunya ha propuesto al gobierno del Estado español el confinamiento total de Catalunya, segundo foco en España. Pedro Sánchez se ha negado aduciendo que es una propuesta nacionalista, si bien, desde la Generalitat se apoyan en criterios científicos que avalan esta propuesta técnica, igual como debería hacerse con Madrid.

Y aquí se refleja la falta de respeto legal al estado autonómico, como sí ha mantenido el gobierno federal alemán que, previamente a la toma de medidas, se reunió con los 16 presidentes de los Länder, consensuando algunas decisiones, y dejando a cada Land determinados aspectos, pues mientras un Land acumula la mitad de afectados, otros casi no tienen, así, la ciudad estado de Berlín, Baviera y el Sartre tomaron, de manera escalonada, restricciones respecto a colegios, transporte… y todo ello, según sus propias necesidades.

Pero, aquí, en España, el nacionalismo español lo unifica y homogeneiza todo, sin reparar en competencias ni necesidades y, eso sí, con una presencia fuera de lugar del ejército en las calles y en las ruedas de prensa.

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