Diallo Ablaye | Subdirector de Kit Media Internacional | Presidente fundador de la ASAC & Encargado de relaciones internacionales de OPAM.
La cuna de la humanidad enfrenta desafíos contemporáneos. Así nos lo cuenta en éste artículo nuestro sub-director, panafricanista, Presidente de la ASAC y Encargado de relaciones Internacionales de OPAM Diallo Ablaye.
África, reconocida como la cuna de la humanidad y de civilizaciones milenarias, es un continente de contrastes agudos. Con su clima favorable, tierras fértiles y vastas reservas de recursos naturales, debería ser un lugar de prosperidad y desarrollo. Sin embargo, la realidad es otra: África es un continente saqueado y empobrecido, cuyos hijos e hijas se ven obligados a huir en busca de mejores oportunidades.
El continente africano alberga las mayores reservas de recursos naturales del mundo, lo que debería traducirse en una ventaja económica significativa. No obstante, estas riquezas han atraído la explotación y el saqueo, dejando a sus habitantes en una situación de vulnerabilidad. La desestabilización política y social, junto con prácticas neocoloniales, han perpetuado un ciclo de pobreza y dependencia. La migración masiva hacia países colonizadores y otros territorios es un testimonio de la desesperación y la falta de oportunidades en su tierra natal.
La situación de África plantea una pregunta fundamental: ¿A quién beneficia realmente la pobreza y la inestabilidad del continente? La respuesta es compleja y multifacética, involucrando intereses globales que van más allá de las fronteras africanas. Es imperativo replantear la narrativa sobre África, no como un continente de víctimas, sino como uno de potencial y riqueza aún por realizarse plenamente.
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